ABRAZANDO MI DIVERSIDAD INTERNA 2. LA CULPA.
Continuando con el tema de Conocer nuestras emociones, hoy el turno es para la CULPA.
Por: Elsy Francisca Serrano M.
¿Solemos culpar a los demas de lo que nos sucede?
¿Nos sentimos culpable acerca de las situaciones que hemos” vivido?
¿Qué conseguimos con el juego de la Culpa?
Frecuentemente en el trabajo terapeutico me encuentro con personas cuyas enfermedades o situaciones conflictivas estan directamente relacionadas con la Culpa que cargan, ya sea conscientemente por situaciones que viven a nivel familiar o insconcientemente, guardándolas como una lealtad, u obligatoriedad al cumplimiento de un compromiso en su clan familiar o transgeneracional ,este mandato o código insconciente , se percibe como una culpa,que se incrusta a través de frases que han sido escuchadas en el proceso de desarrollo y crecimiento psicologico dentro del sistema familiar, y que la persona no es consciente y se manifiestan como esas “voces internas” instaladas en nosotros, sin nuestro consentimiento, por ejemplo: un padre o madre controlad@r que regaña a su hija mientras juega en el parque porque se ensucia el vestido , si esa niña al hacerse adulta cada vez que se ensucia se siente mal y culpable, se dice a sí misma que es una descuidada y poco femenina, está respondiendo al mandato de sus padres, sin embargo ella lo sentirá como un pensamiento propio, porque lo ha incorporado a una edad tan temprana que no tiene una capacidad de autocrítica o análisis para diferenciarlo.
Otro ejemplo, el de un hijo que esta decidido a casarse y la madre enferma, o dice frases como : “ Y ahora que sera de mi?” “Que voy a hacer sola”, de esta manera se promueve un sinnúmero de emociones negativas que trabajan sobre la decisión negativa de casarse que tiene el hijo, quien aún cuando no termine la relación buscará argumentos, para no valorarla.
El ser humano como individuo, posee una conciencia individual que lo ata al grupo. Y el grupo a su vez, esta ligado a una consciencia colectiva, o insconciente colectivo de acuerdo a Carl Jung.
Bert Hellinguer desde las Constelaciones Familiares, hace referencia a los Ordenes del Amor y de acuerdo a esta mirada, los sentimientos de culpa o inocencia, estan relacionandos con los ordenes en un momento determinado Ejemplo:
En relacion al Orden de Pertenencia, nos sentimos muy bien, cuando hacemos algo que nos permite pertenecer, estar cerca a los otros y ser respetados como iguales, ( Cobijo y cercania), pero sentimos culpa, cuando nuestro comportamiento pone en peligro esa pertenencia, o cercania o a ser excluidos o despreciados, perdiendo la proteccion del grupo.
En cuanto a la Jerarquia , si acogemos las reglas, y normas vigentes y somos leales y cumplidores estamos siendo bien vistos, pero si nos oponemos a la autoridad jerarquica, al orden o a las reglas, la sensacion es de culpabilidad.
Con relación al equilibrio, si hemos dado y por lo tanto tenemos derecho a ser compensados, sintiendonos libres y con derechos, de lo contrario , experimentamos culpa, cuando ha habido un desequilibrio que amenace la unión en el grupo.
Es importante hacer una breve distinción entre dos tipos de culpa: la culpa tóxica. Esta “culpa tóxica” también surge como consecuencia de una manipulación por parte del otro para conseguir algo de nosotros, el conocido “chantaje emocional”. Es importante mencionar que para que se produzca chantaje emocional tiene que haber un lazo afectivo grande. En la mayoría de los casos es difícil reconocerlo, sin embargo, es común que a pesar de reconocerlo, sigue siendo efectivo, ya que la persona aún a sabiendas de verse manipulada acaba cediendo para evitar ese sentimiento de culpa.
Y la Culpa que conlleva un tipo de responsabilidad hacia los demás y hacía uno mismo, es en definitiva una manifestación de unos valores positivos. Por ejemplo una persona que está a cargo de un niño, es sano que se sienta culpable si decide marcharse de casa y dejarlo solo, el niño no puede atenderse, ni defenderse por lo que ese sentimiento lleva a una conducta positiva de cuidado y protección necesarios para la vida; o alguien que ha tenido un accidente en la calle, el pasar de largo sin hacer nada y sentirnos después culpables es una manifestación de no cumplir con un valor de socorro y ayuda hacía otros seres humanos y esto es un valor positivo.
Las emociones desempeñan un papel adaptativo . Cuando la culpa actua de esta forma, es decir, cuando es adaptativa, su función es reconocer los errores y poner en marcha conductas de ajuste y reparación.
En este caso, la culpa nos ayuda a no transgredir ciertas normas y códigos éticos, digamos que enciende un aviso que nos previene de cometer errores que podrian tener graves consecuencias.
La culpa tiene un amplio capítulo, habría mucho por hablar sobre la culpa, pues también tiene una connotación desde lo religioso, desde el insconciente colectivo, desde los juridico, pero en esta oportunidad solo hago referencia a lo Sistemico, lo transgeneracional, con el fin de revisar emociones o sentimientos que pueden surgir ocasionados por el confinamiento y por la presión social que se vive en estos momentos.
Quise igualmente en este articulo adicionar un escrito que me encontré en la página de Enric Corbera y su trabajo sobre Bioneuroemoción y el cual transcribo, muy relacionado con la Culpa y el Miedo del cual hable en la anterior publicación en mi blog.
Dice asi, en la pagina de Bioneuroemoción y su articulo titulado La culpa no es de Nadie :
“Tendemos a pensar que lo que nos sucede viene de fuera, que son los factores externos los que nos hacen sentir de una manera determinada y, cuando lo que sentimos no nos gusta, señalamos a algo o a alguien como responsable de nuestra sensación. Al culpar al otro nos liberamos de nuestra responsabilidad. Sin embargo, olvidamos que al renunciar a la propia responsabilidad otorgamos el poder a los demás y nos convertimos en víctimas. “Culpar tiene un coste: la pérdida de nuestra libertad. Además, el papel de víctima trae consigo una auto-percepción de debilidad, vulnerabilidad e indefensión, que son los componentes principales de la apatía y la depresión”.
David R. Hawkins (1927-2012) fue doctor en medicina y filosofía, psiquiatra, escritor e investigador sobre la consciencia. Durante su vida obtuvo numerosos reconocimientos, entre otros, recibió el Premio Huxley por su “inestimable contribución al alivio del sufrimiento humano”. En su libro Dejar ir. El camino de la entrega, nos habla del apego y de todo lo que hacemos por mantenerlo y nos dice que “el miedo a la vida es en realidad el miedo a las emociones” Para Hawkins “los apegos crean una dependencia, y la dependencia, debido a su naturaleza, intrínsecamente lleva al miedo a la pérdida”. Y el miedo nos paraliza, “la mayoría de los "No puedo" son en realidad "No quiero". Tras los "No puedo" o los "No quiero" con frecuencia hay un miedo” y donde hay miedo hay culpa.
La culpa es “una auto-condena y auto-invalidación de nuestra valoración y valor como ser humano”.
La cuestión es que siempre valoramos lo que nos sucede como bueno o malo, es automático, lo hacemos sin pensar: “¿Por qué debe algo ser siempre "fallo" de alguien? ¿Por qué debe ser introducido todo el concepto de "malo" en la situación en el primer lugar? ¿Por qué debe uno de nosotros estar equivocado, ser malo o culpable?”. No nos damos cuenta de que encontramos una gran recompensa al culpar a otro de nuestra desgracia: “Conseguimos ser inocentes; podemos disfrutar de la autocompasión; conseguimos ser mártires y víctimas, y conseguimos ser los destinatarios de la simpatía”. No es un deseo consciente sin embargo “es el propósito inconsciente de la culpa”. Lo importante es el deseo de obtener “el castigo de otra persona, y combinarlo con el autocastigo”.
“La culpa en sí misma engendra sentimientos negativos y los sentimientos negativos en y por sí mismos también engendran culpa”. Y hemos vivido durante tanto tiempo en este ciclo que ni siquiera lo reconocemos. “La culpa es tan omnipresente que sin importar lo que hagamos sentiremos de algún modo en nuestra mente que "deberíamos" estar haciendo otra cosa”. De alguna manera u otra proyectamos culpa sobre el mundo que nos rodea “es por eso que la mayoría de las personas necesitan de un “enemigo”.
Hawkins nos recuerda que “no hay ganador en el juego de la culpabilidad”.
Nos invita a observarnos a nosotros mismos cuando nos dice “el primer paso para dejar de culpa es ver que estamos eligiendo culpar”. Perdonar no es reconocer una equivocación, es soltar. Es entregar nuestra percepción completamente, abandonando todo juicio y “dado que todo juicio es realmente a uno mismo, nos hemos liberado en el proceso”.
Podemos convertir toda relación en una oportunidad para conocernos a nosotros mismos. Los otros son espejos en los que tenemos la ocasión de vernos y reconocernos, en los que podemos ver nuestra alma para saber lo que tenemos que trascender, lo que tenemos que superar. Cuando aprendemos a observarnos liberamos al otro de llenar nuestras necesidades. Debemos dejar de proyectar la culpa en los demás. Tomemos conciencia de que todas nuestras proyecciones al final se vuelven contra nosotros y, si las liberamos, nos liberamos. Tal vez sea este es el gran secreto para encontrar el equilibrio y la coherencia en nuestras vidas.” Hasta aquí lo extractado de la pagina de Bioneuroemocion
En resumen, la CULPA, no es una emoción natural del hombre, sino que es creada por la mente, que razona, que juzga, y fragmenta.
Mantenernos en la culpa, pone en peligro nuestras relaciones, porque ella nos expone a convertirnos en victimas , a tener baja autoestima, y poner en peligro nuestra salud.
Para terminar comparto con ustedes un breve ejercicio sobre la Culpa:
1. Reflexiona y hazte consciente de un acto por el que te sientes culpable y escribelo.
2. Revisa en que forma este acto alteró el orden de Pertenencia, Jerarquia o del equilibrio.
3. Percibe como te sientes frente al hecho y la persona afectada….
4. Visualiza a esa persona frente a ti y desde el corazón con amor dile:
“ Te veo, te reconozco, te respeto, te doy tu lugar….. Te dejo con lo tuyo y me quedo con lo mio…”
Comments